Los primeros fugitivos llegaron a Canarias en 1994
El 28 de agosto de 1994 dos saharauis que enarbolaban una bandera del Frente Polisario llegaron a bordo de una patera a Fuerteventura. Era la primera embarcación de inmigrantes sin papeles que tocaba las islas Canarias. O la primera de la que se tenía noticia. Aquellos dos saharauis probablemente desconocían que su hazaña marcaba el inicio de la oleada masiva de pateras que en los años posteriores arribarían a esas costas, y que su proeza serviría de ejemplo a otros saharauis que decidieron huir a España y reclamar asilo político.
La intifada saharaui de mayo de 2005 multiplicó el número de pateras y zodiacs que alcanzaron Canarias. La dura represión marroquí por las protestas organizadas en las principales ciudades del Sáhara Occidental para reclamar la independencia del territorio llevó a cientos de jóvenes a escapar a España, una huida forzada, según aseguraban a su llegada, por las autoridades marroquíes, que les presionaban para que abandonaran su tierra.
El conflicto reabrió así la ruta entre el Sáhara Occidental y las islas, que se había cerrado un año antes gracias al compromiso del rey marroquí, Mohamed VI, de acabar con el tráfico de inmigrantes.
La tragedia de 2006
El éxodo de saharauis se acentuó en 2006, cuando más de 100 embarcaciones llegaron a Canarias y se registraron más de 200 solicitudes de asilo político. La Oficina de Asilo y Refugio admitió, al menos, el 90% de las peticiones.
En noviembre de aquel año 31 saharauis perdieron la vida al naufragar las dos pateras con las que intentaban llegar a Canarias. La catástrofe abrió un nuevo conflicto entre el Polisario y Marruecos, a quien el primero acusó de financiar las mafias de traficantes que estaban detrás del éxodo.
Algunos saharuis blandieron antiguos documentos oficiales para intentar que se les reconociera la nacionalidad española, especialmente desde que en octubre de 1998 el Tribunal Supremo lo hiciera en el caso de Badadi Mohamed-Moulud, nacido en 1950 en la antigua provincia española de El Aaiún.
El conflicto político entre Marruecos y el Sáhara dejó también espacio para la trampa. Hubo inmigrantes sin papeles marroquíes que se identificaban como miembros del Frente Polisario cuando alcanzaban las islas Canarias para reclamar así asilo político y evitar su repatriación.
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